miércoles, 9 de febrero de 2011

Locura

Y pensé que no había visto jamás a semejante criatura, era tan bella que sólo con mirarte deseabas con todas tus fuerzas que nunca apartara sus ojos de ti, que esa sonrisa inocente y a la vez perversa, por perfecta, por divina, por inhumana, se debiera a tu presencia. Dios, jamás había visto nada tan hermoso, no fue la primera vez en mi vida que me sentí frágil, ni mucho menos, pero si tuviera que comparar el sentimiento no encontraría escala para hacerlo, había demasiada distancia entre aquél chillido irritante en mi pecho que me hacía sentir como una copa de cristal al borde de una mesa inestable y sus burdos homólogos del pasado.

Para cuando me quise dar cuenta ya estaba perdido. No podía hacer nada, lo sé hoy y lo supe entonces, aunque traté de engañarme.

Retiró su mirada de mi rostro para saludar a los otros asistentes de aquel extraño evento social y sentí como si me hubieran golpeado, estaba atontado, aturdido, durante un momento sus ojos fueron mi oxigeno y su falta me asfixiaba, tardé sólo unos segundos en recuperar la compostura, pero tardé unos años en recuperar mi serenidad, mi paz, ya nunca los tendría estando a solas, pues me había convertido en un juguete incompleto.

Estaba enamorado.

2 comentarios: